Wed12Nov2008

Manos Curativas

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Cuando alguien hace las cosas motivado por el verdadero deseo de ayudar a otras personas, ellos continúan buscando hasta encontrar la mejor manera de ayudar a tanta gente como sea posible. Hace tres años, Jessica Collazo-Rosario, de 30 años, finalmente encontró su camino ideal después de estudiar

y trabajar en áreas como los negocios y el masaje terapéutico. Ella escogió la quiropráctica, una de las tres profesiones del cuidado de la salud más grande del país. Aunque ella todavía es estudiante del Life Chiropractic College West en Hayward, sus manos curativas ya han ayudado a cientos de personas a lo largo del Este de la Bahía y en países Latinoamericanos.
 
Jessica regresó recientemente de El Salvador en donde procuró cuidado quiropráctico gratuito a gran cantidad de adultos y niños durante su visita de cinco días. Ella fue parte de un grupo de dieciseis doctores y 27 quiroprácticos internos del Life Chiropractic College West, quienes trataron aproximadamente a 25,000 pacientes en clínicas temporales en varios lugares de El Salvador. “Fue grandioso dar nuestras manos y amor a la gente,” dice ella. “La gente siempre es muy agradecida y nos llevaron comida que ellos mismos prepararon,” añade.
 
Después de buscar en diferentes áreas del cuidado de salud, Jessica dice que la quiropráctica la atrajo porque es una forma natural de salud que no implica drogas o cirugías. Al ajustar la espina dorsal y otras partes del cuerpo el objetivo de la quiropráctica es optimatizar el sistema nervioso y permitir que el cuerpo sane por si solo a través de su poder de recuperación natural. Al tratar de escoger una escuela, ella siente que Lifewest es la mejor escuela de quiropráctica. “Ellos tienen los mejores estudiantes y el ambiente es saludable,” dice ella. Al referirse sobre el trbajo, Jessica dice, “es más difícil que otras escuelas pero vale la pena.”

Cuando alguien hace las cosas motivado por el verdadero deseo de ayudar a otras personas, ellos continúan buscando hasta encontrar la mejor manera de ayudar a tanta gente como sea posible. Hace tres años, Jessica Collazo-Rosario, de 30 años, finalmente encontró su camino ideal después de estudiar y trabajar en áreas como los negocios y el masaje terapéutico. Ella escogió la quiropráctica, una de las tres profesiones del cuidado de la salud más grande del país. Aunque ella todavía es estudiante del Life Chiropractic College West en Hayward, sus manos curativas ya han ayudado a cientos de personas a lo largo del Este de la Bahía y en países Latinoamericanos.
 
Jessica regresó recientemente de El Salvador en donde procuró cuidado quiropráctico gratuito a gran cantidad de adultos y niños durante su visita de cinco días. Ella fue parte de un grupo de dieciseis doctores y 27 quiroprácticos internos del Life Chiropractic College West, quienes trataron aproximadamente a 25,000 pacientes en clínicas temporales en varios lugares de El Salvador. “Fue grandioso dar nuestras manos y amor a la gente,” dice ella. “La gente siempre es muy agradecida y nos llevaron comida que ellos mismos prepararon,” añade.
 
Después de buscar en diferentes áreas del cuidado de salud, Jessica dice que la quiropráctica la atrajo porque es una forma natural de salud que no implica drogas o cirugías. Al ajustar la espina dorsal y otras partes del cuerpo el objetivo de la quiropráctica es optimatizar el sistema nervioso y permitir que el cuerpo sane por si solo a través de su poder de recuperación natural. Al tratar de escoger una escuela, ella siente que Lifewest es la mejor escuela de quiropráctica. “Ellos tienen los mejores estudiantes y el ambiente es saludable,” dice ella. Al referirse sobre el trbajo, Jessica dice, “es más difícil que otras escuelas pero vale la pena.”

Con una gran cantidad de trabajo como estudiante e interna, Jessica aún dedica su tiempo libre trabajando en comunidades locales. Ella da tratamiento en ferias de salud del Este de la Bahía y va a las escuelas a hablar con los niños sobre nutrición, ejercicio y salud.

Jessica es bilingue y su lengua materna es el español. Como presidente del club Latinoamericano de estudiantes quiroprácticos (C.E.Q.L.A.) en su colegio, ella ayuda a otros estudiantes Latinos a trabajar con la comunidad y promover la quiropráctica. Ella menciona que el Dr. Tom Wellbrook, un quiropráctico que practica en Hayward entrenó a doce miembros del club para que ellos sepan comunicarse con la comunidad.
En Marzo Jessica completará su programa académico de tres años y medio en el colegio y trabajará con su mentor, la Dr. Maria Manibog, en su clinica de San Leandro durante un año. Después de eso ella estará lista para ser parte de los 60,000 pofesionistas quiroprácticos de Norte América. El Jobs Rated Almanac pone a la quiropráctica en el número 44 dentro de las 250 profesiones de trabajos más favorables. Se reporta que las ganacias anuales de un quiropráctico son de $80,000 y que las oportunidades de empleo en esta área están incrementando a manera que la población mayor crece creando una demanda sin precedentes en el cuidado de la salud.

La búsqueda de Jessica la llevó a una vida de trabajo que premiara su deseo de ayudar a otras personas. El éxito financiero que su trabajo le traerá también servirá para su deseo principal – muchas personas creen que entre más exitosa es una persona, más grande es su poder para ayudar a la gente.