Fri26Feb2010

Estar Muy Bien: Lecciones de mamás para vivir vidas más saludables

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elena Print Email


Madres de familia se esfuerzan para mejorar la salud de sus hijos, de su comunidad  -- 

Xinia: “Como madre, tu tarea es asegurarte de que tus hijos tengan todas las oportunidades en la vida. Eso empieza por la salud”.

San Diego, CA – Admiro a las madres que se hacen cargo, y eso es lo que hizo Xinia Sanchez de San Diego cuando les pidió personalmente a los propietarios y chefs de restaurantes locales que incluyeran alimentos más saludables en sus menús.

Esta madre oriunda de El Salvador es un modelo a seguir para su hija adolescente Xinia, de 19 años; y su hijo Félix, de 17.

Xinia cree en los alimentos auténticos. Creció comiendo vegetales frescos de los puestos locales. Los alimentos iban de la tierra a su plato. A Xinia le enseñaron que esta es la manera más saludable de comer, y ella trata de asegurarse de que lo que le da de comer a sus propios hijos no provenga de enlatados procesados, además se encarga de que sus hijos combinen una dieta saludable con ejercicio diario.

Xinia es una madre que sabe que una persona puede cambiarlo todo. “Las madres deben pedir lo que necesitan para sus hijos”, afirma Xinia. “Expresar tu opinión no le hace daño a nadie. Decir lo que piensas puede ayudar a todos”.

Xinia dice que la vida saludable comienza en la cocina. Para comenzar, ella cree que lo que ponemos en el plato de nuestros hijos en cada comida debe parecerse un arco iris. “La regla es simple: cada vez que agregas un color, agregas salud a tu comida”, afirma Xinia.

“A veces, voy a tres supermercados para asegurarme de que mis hijos estén comiendo las frutas y los vegetales más frescos”, explica. Aun cuando algunos de los alimentos son costosos, son más baratos que las cuentas del servicio médico. Por eso, ella está dispuesta a hacer el sacrificio.

“Como madre, tu tarea es asegurarte de que tus hijos tengan todas las oportunidades en la vida. Eso empieza por la salud”, señala. “No se me ocurre un mejor regalo para darles a mis hijos que un cuerpo y una mente fuertes”.


Jamilia: “Sé lo suficientemente ambiciosa como para ver a tus hijos crecer hasta hacerse mayores”.

Oakland, CA – A pesar de tener tan sólo 26 años, Jamilia trabaja, asiste a la escuela y cría a sus niños, todos menores de siete años. Ellos son: Zephariah, de 7 años; Zaniya, de 5; Zaire, de 4; y Zakari, de 3.

Lo maravilloso de Jamilia es el gran esfuerzo que hace para asegurarse de que sus hijos se mantengan saludables. Además, se asegura de que sus niños hagan ejercicio físico todos los días en su vecindario. Jamilia recuerda los simples placeres de correr, saltar la cuerda y andar en bicicleta a toda velocidad, y se los ha transmitido a sus hijos. No cuestan nada, pero sus beneficios no tienen precio.

“Sé lo suficientemente ambiciosa como para ver a tus hijos crecer hasta hacerse mayores”. Éste es el lema de vida de Jamilia. Lo repite todos los días. Ella no quiere repetir los malos hábitos alimentarios de algunos miembros de su familia. Cuando su querida abuela falleció de diabetes y de una enfermedad cardíaca, Jamilia prometió que sus hijos vivirían una vida sana.

Como primer paso, suspendió todo tipo de comidas rápidas. Cuando la tienda local de alimentos ofrece frutas y vegetales frescos, Jamilia se asegura de comprar una cantidad extra. Los corta y los coloca en bolsas plásticas dentro del congelador. De este modo, siempre tiene disponibles frutas y vegetales. También prepara comidas saludables en grandes porciones y coloca una parte en el congelador para luego utilizarlas.

“Siempre tengan algo para comer en su hogar”, aconseja. “Así no caerán en la tentación de comprar comidas rápidas”. Romper hábitos dañinos adquiridos en la infancia es lo principal. Cuando Jamilia era una niña, su madre le agregaba azúcar a todo. Incluso a las ensaladas de hojas verdes y a las papas. Además, freía las carnes de res y de pollo. Ahora, ella sabe que ese tipo de alimentos deben ser expulsados de su hogar. “No está bien, aun si tu mamá lo hacía de ese modo”, afirma.

“Los cambios no se producen de la noche a la mañana”, explica esta mamá de Oakland. “Pero los cambios más pequeños que podamos hacer para tener hábitos saludables pueden hacer una gran diferencia”.

Rosa: “La vida es nuestro tesoro más grande. También sé que mis hijos están orgullosos de mí, y esa es la mejor sensación del mundo”.

Chicago, IL – Hay madres que guían con palabras y hay otras que creen que las acciones son más elocuentes que las palabras. Rosa es una madre inspiradora de Chicago que les está enseñando a sus hijos el camino de la vida sana.

Rosa dice que — más que a nada en el mundo — ama a su marido, Romero, y a sus hijos Evon, de 12 años; Evelyn, de 11; Romero, de 9; y Juan, de 3. Rosa llegó a pesar más de 200 libras y se vió obligada a auto-rescatarse asistiendo a una clase de nutrición del vecindario que cambió su vida y la salud de su familia.

Perdió suficiente peso como para pasar de una talla 22 a una talla 8, y ahora tiene una energía inagotable. Sus hijos vieron cómo su madre adelgazaba y estaban emocionados por los cambios que observaron en ella. Rosa pasó de ser una mamá que solía estar sentada todo el día a una que no puede quedarse quieta.

Al principio no fue fácil, ya que cuando Rosa servía frutas y vegetales en lugar de pizza y papas fritas, escuchaba los gritos de guerra de sus hijos. “Mis hijos gritaban: ‘¡No nos gusta! ¡No nos gusta!’”, recuerda Rosa. Pero en toda batalla hay un general en la línea de fuego y, en este caso, mamá estaba claramente a cargo. “Les dije: ‘Es por su bien. Lo hago porque es bueno para la salud’”, explica Rosa.

Cambiar su estilo de vida implicó separarse de un entrañable miembro de la familia: el sofá de la sala. Rosa no se deshizo de él. Simplemente dejó de pasar tanto tiempo sentada mirando televisión.

“Solía dormirme y dejar que la vida transcurriera”, señala Rosa, para quien algo tan simple como estar de pie o caminar representaba un esfuerzo tal que quedaba sin aliento. Sabía que necesitaba ayuda para salvar a su familia — y rápido. Hace tres años, se obligó a dejar el sofá y a asistir a una clase local de nutrición en Chicago. Ese simple acto literalmente cambió el rumbo de su vida.

“Yo digo que todo en la vida tiene un costo, pero tu salud es algo a lo que nunca puedes ponerle un precio”, resalta. “No vale la pena arriesgar tu vida por unos dólares de diferencia”.

Estar Muy Bien: Lecciones de mamás para vivir vidas más saludables, es un libro que recopila las historias de diversas familias a lo largo y ancho del país. La Fundación Michael & Susan Dell y la Alianza para una Generación Saludable llevaron a cabo una investigación y la búsqueda de madres de familia que crearan sus propios medios para hacer de sus casas y comunidades lugares saludables para sus hijos. Estar Muy Bien esta disponible en el sitio web www.bewellbook.org.