Thu28Apr2011

No más mentiras: Es momento de ser honestos sobre qué (no quién) asesinó a Jesús "Chuy" Campos

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Elena Miramar



El homicidio de un muy conocido y muy querido comerciante de Oakland Jesús "Chuy" Campos es una verdadera tragedia. Su familia y comunidad se duelen y buscan justicia. Quisiera que las personas responsables de su muerte sean llevadas ante la justicia, pero hay un problema más grande que necesita atención independientemente de que su(s) asesino(s) sean encontrados o no. ¿Qué pasará si nunca encuentran al (los) asesino(s)? ¿Qué harán la familia y la comunidad con su frustración, enojo y sentimiento de

impotencia? Aunque el departamento de policía está haciendo un esfuerzo especial en este caso, existe una pregunta más grande y la respuesta podría traer tanto sanación como un verdadero cambio: ¿Qué (no quién) mató al Sr. Campos y cómo podemos cambiar la violenta realidad? Si no nos hacemos esta pregunta con intenciones honestas, nada cambiará.


Para mí y mucha gente, no existe secreto alguno sobre lo que crea a las personas que cometen delitos desalmados o egoístas. O sobre lo que crea el ambiente que genera actitudes tendientes a un desinterés total hacia la familia y la comunidad.


¿Qué mató al Sr. Campos?


Fueron esos padres que actuaron con negligencia ante su responsabilidad de criar a sus hijos adecuadamente. Fueron las políticas inútiles de los gobiernos que sienten que deberían tener un papel de líder en la familia o la comunidad. Fueron las mentiras inútiles de las personas de la comunidad con respecto a que la gente pobre o sin educación o las minorías no tienen oportunidades iguales en la vida – ‘el sistema está en su contra’. Fueron las personas que dan cada mentira y excusa a aquélla que necesita irse cobardemente por el camino ‘fácil’ de la delincuencia. Fueron las familias que escogieron no hacer de la educación algo importante para sus hijos. Fueron las pláticas ignorantes, cobardes y políticamente correctas sobre la delincuencia, la pobreza y el racismo. Fueron todos los que permitieron que los prejuicios afectaran sus creencias y actos.


Fue un sistema educativo que se preocupa más por el dinero y los empleos que por proveer una educación de calidad. Fue un departamento de policía que se preocupa más por el dinero y los empleos que por proteger a la gente. Fueron aquellos políticos que se preocupan más por su poder y sus carreras que por servir a la gente que los eligió. Fueron las organizaciones comunitarias que se preocupan más por el dinero y los empleos que por realizar un progreso real respecto de los problemas sociales que aseguran abordar. Fueron las noticias y la industria del entretenimiento que vende productos mediáticos y estilos de vida basados en el crimen y la muerte.


Sin embargo, lo que finalmente mató al Sr. Campos y a otras víctimas inocentes es la falla de comunidad, la falla de la gente, al tomar el liderazgo de las instituciones y dependencias responsables de nuestra seguridad y calidad de vida. La comunidad permitió que personas y dependencias interesadas en sí mismas hicieran una industria de la seguridad pública, la pobreza y la educación. Podemos culpar a esas personas y a esas dependencias, pero finalmente podemos culparnos a nosotros mismos. El Sr. Campos trabajó honestamente para abordar la delincuencia en Oakland, pero necesitaba de los esfuerzos honestos de mucha más gente. Más gente necesita involucrarse, pero primero necesitan involucrar sus mentes y su coraje para que no sean parte del problema.


Debemos al Sr. Campos y a otras víctimas inocentes nuestra honestidad y coraje cuando hablamos sobre la delincuencia y sus causas. El miedo, la apatía, la ignorancia y los intereses políticos y económicos competentes hacen del cambio uno difícil, pero creo que una comunidad puede generar un cambio si entiende las verdaderas causas de la delincuencia, si pierden su miedo a hablar honestamente sobre dichas causas y dejan de repetir las mentiras de las demás personas.


Las verdaderas tragedias deberían movernos al cambio verdadero y espero que la muerte del Sr. Campos sí traiga un cambio verdadero por el bien de su familia y la comunidad. Su papel (de usted lector) en la generación de ese cambio puede empezar con su próximo pensamiento o palabra. Dejemos que las mentiras descansen en paz con el Sr. Campos.


- Los comerciantes de Fruitvale, la policía de Oakland y Crime Stoppers de Oakland están ofreciendo hasta $30,000 como recompensa por información que conduzca a la detención del asesino. Aquellas personas que tengan información pueden contactar a la policía en el número 510-238-3821 ó a Crime Stoppers en los números 510-777-8572 ó 510-777-3211.