Wed14Dec2011

Extorsión legal

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elena Print Email


Cuando Roberto Guerrero y su familia emigraron en 1980 de Nicaragua, país que se encontraba envuelto en la guerra, desearon compartir el amor de su familia por el café con los residentes de San Francisco. Iniciando con una tienda en 1987, los miembros de la familia abrieron varias cafeterías en el Área de la Bahía, incluyendo dos establecimientos “Cumaica Coffee” de los que Guerrero es propietario.

A Guerrero le gusta la ciudad de San Francisco y aprecia a sus residentes, quienes disfrutan degustando el café. “San Francisco ha sido muy generosa”, señaló. “Es el lugar en donde las puertas de la oportunidad están abiertas”, agregó. Desafortunadamente, la versión de California de la Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) ha dado la oportunidad, a los abogados de quienes demandan legalmente, a poner en la mira a los pequeños negocios como el de Guerrero.

Todo empezó cuando Guerrero recibió una carta de un cliente que argumentaba que determinadas características del establecimiento de Guerrero violaban la ADA. Todas eran violaciones menores tales como la ubicación de un bote de basura muy cerca de una puerta y una vitrina para productos de repostería colocada muy cerca del mostrador. Guerrero no se había dado cuenta de que su tienda estuviese violando la ADA, pero rápidamente realizó los cambios solicitados y notificó al cliente.

El cliente reconoció que Guerrero realizó los cambios que solicitó, no obstante, lo demandó de todas formas y buscó cerca de $90,000 por daños. Guerrero se sorprendió por la demanda e incluso invitó al demandante y a su abogado a ver que las violaciones se habían corregido. El abogado del demandante aceptó que el establecimiento de Guerrero se encontraba en cumplimiento con la ley, pero señaló que ya era demasiado tarde para evitar la demanda. Después de casi un año de litigio, Guerrero resolvió la demanda por $20,000. “Veinte mil dólares es mucho dinero y duele que me lo haya quitado un sinvergüenza”, señaló. “Hubiera preferido donarlo (el dinero) a la caridad”.

“Ese dinero puede ser la diferencia entre contratar a alguien nuevo o aumentar el sueldo a sus empleados”, señaló Bryan Quigley, Vicepresidente Senior, de Comunicaciones Estratégicas para el Instituto para la Reforma Legal (ILR, por sus siglas en inglés) de la Cámara de Comercio de EE.UU.

Quigley señala que los propietarios de negocios se dan cuenta que les costará mucho dinero defenderse de las demandas, por tanto, deciden llegar a un acuerdo extra judicial, que es lo que los demandantes quieren. “Es como una extorsión”, señaló.

Guerrero se sintió atrapado del mismo modo. “Vienen a tu establecimiento, te intimidan y te hacen sentir miserable, así que después de algunos meses sientes que les pagarás lo que sea para sacarlos de tu vida”.

Guerrero no fue el único propietario de un negocio pequeño que fue víctima de dicho abuso, que es más común de lo que la mayoría de la gente cree. Por lo menos dieciséis negocios de las áreas vecinales también fueron demandados por el mismo demandante. “Dos propietarios que conozco tuvieron que cerrar sus negocios porque no pudieron pagar la resolución de su demanda”, señala Guerrero.

“Es algo que necesita que se le ponga un alto – todos pierden por  este tipo de demandas frívolas”, señaló Guerrero, quien se refiere a la pérdida de empleos, servicios al cliente e ingresos fiscales. “Lastiman a la comunidad entera”.

De acuerdo con Quigley, estas historias de abuso son muy típicas para los propietarios de pequeños negocios, de los cuales un número creciente son de origen latino. De hecho, las cifras de la Oficina del Censo de EE.UU. muestran que las personas de origen latino están abriendo pequeños negocios a una tasa tres veces mayor que la tasa de la población no latina.

Para llegar a esta comunidad en crecimiento, el ILR ha creado una nueva versión en español de su sitio de internet Caras del Abuso de Demandas (Faces of Lawsuit Abuse - www.abusosdedemandas.org). El sitio en inglés www.facesoflawsuitabuse.org.

Guerrero y Quigley comparten la misión de generar conciencia entre los propietarios de negocios sobre estas demandas frívolas. Ellos creen que entre más propietarios sepan, será menos probable que éstos sean demandados.

“Estamos intentando construir una conciencia amplia sobre el hecho de que si se ha interpuesto una demanda en contra de tu negocio no es necesariamente un incidente aislado”, señaló Quigley, quien ha visto cómo algunos abogados apuntan a todos los negocios de la misma cuadra.

“Hay que tener en cuenta que estas personas pueden entrar y buscar pequeñas violaciones que uno podría desconocer – violaciones que son fáciles de arreglar”.

“Los propietarios de negocios necesitar concientizarse sobre lo que está ocurriendo y necesitan saber cómo protegerse”, señaló Guerrero.
 
“Creemos que los pequeños negocios son la columna vertebral de una economía en crecimiento”, agregó Quigley. “Necesitamos más empleos, no más demandas”.