Mon19Oct2020

Las cuarentenas o confinamientos “hacen que la gente pobre se vuelva mucho más pobre”

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Organización Mundial de la Salud controlar el COVID-19 cuarentena en Área de la Bahía

Los funcionarios de salud piden el fin del uso de las cuarentenas para controlar el COVID-19

Un funcionario de la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) instó recientemente a los líderes mundiales a que dejen de utilizar los confinamientos o cuarentenas como principal método para controlar la propagación del virus COVID-19.

“En la Organización Mundial de la Salud no abogamos por las cuarentenas o confinamientos como medio principal para controlar este virus”, le dijo David Nabarro a “The Spectator” en una entrevista de vídeo. “El único momento en el que creemos que una cuarentena o confinamiento está justificado, es para ganar tiempo para reorganizar, reagrupar, reequilibrar sus recursos, proteger a sus trabajadores de la salud que están agotados, pero en general, preferimos no hacerlo”.

Nabarro señaló el gran daño que las cuarentenas/confinamientos están teniendo en todo el mundo, especialmente entre las poblaciones más pobres.

“Solamente mira lo que ha sucedido en la industria del turismo, por ejemplo en el Caribe o en el Pacífico, porque la gente no está tomando sus vacaciones. Mira lo que le ha pasado a los pequeños agricultores de todo el mundo porque sus mercados se han visto afectados. Mira lo que está sucediendo con los niveles de pobreza. Parece que podemos tener el doble de la pobreza mundial para el próximo año. Parece que podemos tener al menos el doble de la desnutrición infantil porque los niños no reciben comidas en la escuela y sus padres, en las familias pobres, no pueden proporcionárselo”, dijo Nabarro.

“En este momento esta es una terrible y espantosa catástrofe mundial”, dijo. “Y por eso hacemos un llamado a todos los líderes mundiales: No continúen usando la cuarentena como su principal método de control, desarrollen mejores sistemas para hacerlo, trabajen juntos y aprendan unos de otros, pero recuerden que las cuarentenas sólo tienen una consecuencia que nunca jamás deben menospreciar, que la gente pobre se vuelva mucho más pobre.”

El Banco Mundial (www.worldbank.org) estimó que el COVID-19 es responsable de que entre 71 y 100 millones de personas más caigan en la pobreza extrema en 2020.

Nabarro es uno de los muchos científicos que se oponen a los confinamientos. Un grupo de científicos médicos o de salud pública y profesionales de la medicina han firmado la Gran Declaración de Barrington, en la que se afirma que “las actuales políticas de confinamiento están produciendo efectos devastadores en la salud pública a corto y largo plazo”.

Los firmantes incluyen: “El Dr. Martin Kulldorff, profesor de medicina de la Universidad de Harvard, bioestadístico y epidemiólogo con experiencia en la detección y el seguimiento de brotes de enfermedades infecciosas y evaluaciones de la seguridad de las vacunas; el Dr. Sunetra Gupta, profesora de la Universidad de Oxford, epidemióloga con experiencia en inmunología, desarrollo de vacunas y modelización matemática de enfermedades infecciosas; y el Dr. Jay Bhattacharya, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, médico, epidemiólogo, economista de la salud y experto en políticas de salud pública enfocado en las enfermedades infecciosas y las poblaciones vulnerables”.

La declaración dice: “El método más compasivo que equilibra los riesgos y beneficios de alcanzar la inmunidad de grupo, es permitir que aquellos que corren un riesgo mínimo de muerte, vivan sus vidas normalmente para construir la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a los que corren un mayor riesgo”.

Con pocas excepciones, los líderes mundiales siguieron el ejemplo del régimen comunista chino al responder al brote del virus, imponiendo confinamientos sin precedentes.