Mon22Dec2008

El verdadero regalo de la Navidad

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Elena Miramar

No es nuevo que los medios de comunicación nacionales usen a la gente y siembren pensamientos de miedo y duda en nuestra cabeza. Sin embargo, ahora se están dirigiendo más frecuentemente hacia nuestros niños.

No deberíamos permitir que esto suceda. Recientemente leí algunos encabezados como “Niños piden comida esta Navidad”, “Niños desean que Santa traiga empleos”. Primeramente, esto debería ser considerado como una explotación barata de los sentimientos de los niños por razones lucrativas. Si los periódicos, la televisión, la radio y otros medios se preguntan porqué sus niveles de audiencia se están hundiendo, es porque intentan tomar más de su audiencia de lo que ellos les están brindando. Los padres de familia deberían ser más cuidadosos y estar más preocupados de que sus hijos sean usados o influenciados negativamente por los medios. Creo que los padres de familia deben proveer un ambiente seguro y de bajo estrés para sus hijos, incluso en tiempos económicamente difíciles.

Recuerdo que cuando era niña, una de siete hijos en mi familia. En Navidad todos los niños teníamos esperanzas, fé y buenos deseos para nuestra familia y semejantes e intentábamos ser los mejores niños para merecer los regalos que los Tres Reyes Magos nos traerían. No teníamos mucho durante el año pero para Navidad mis padres siempre nos brindaban la creencia y la esperanza, sin preocupaciones sobre la economía o los políticos, incluso cuando sabíamos que nuestros padres tenían que trabajar muy duro para proporcionarnos comida, ropa y educación.

En Navidad, mis hermanas, hermanos y yo disfrutábamos escribir nuestras cartas dirigidas a los Tres Reyes Magos pidiéndoles juguetes. No recuerdo haberme sentido preocupada por oportunidades de trabajo o la inflación. Sabía que la única cosa que yo podía hacer a esa edad era traer buenas notas de la escuela y hacer a mi familia y a los Tres Reyes Magos felices.

Mi punto es que ciertamente tenemos que ser honestos con nuestros niños pero no deberíamos permitir que los medios o cualquier otra persona sembrara temor y falta de esperanza en sus mentes. Los pequeños tienen que disfrutar su infancia. Los niños son el futuro y tenemos la responsabilidad de alimentar sus sueños y esperanzas, no envenenarlos.

¡Feliz Navidad!